No cabría lema más atinado que el titular de estas líneas para definirnos como grupo y entender el sentido de nuestras “Xuntanzas”. La frase corresponde a la homilía de Ramón Otero Couso, que habló también sobre esa forma de cosanguinidad moral e intelectual de los antiguos seminaristas, fraguada en la amistad, el esfuerzo y el respeto colectivo.
Ios condiscípulos de Lorenzana´54 (y cursos vecinos) se reunieron en el Seminario , como es norma desde hace 28 años, el segundo viernes de agosto. No estaban todos los que son, porque había concurrencia de convocatoria con la ya famosa “troitada” de curas –con el obispo al frete- en tierras de Riberas de Lea (Lugo).
Allí estábamos, en la capilla y en el refectorio del Mayor, 15 supervivientes de aquella primera hora de hace ya 64 años. Hubo un momento especialmente emotivo en la misa cuando Don Ramón recordó los nombres de los compañeros fallecidos –una larga veintena- algunos en fecha reciente, como el tan querido Manolo Carballo Ferreiro, activo animador de estas jornadas de convivencia, que nos dejó en noviembre del pasado año.
Alguno aprovechó para obsequiarse con un impagable regalo: visitar la Catedral mindoniense guiado con auriculares. Una joya tanto el texto como la música, que hacen justicia al esplendor del templo patriarc.ial diocesano
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