Prof. Rábade Romeo (1)
Como antiguo alumno y como residente durante cinco cursos en el Seminario de Mondoñedo, contribuyo con todo gusto al homenaje que se está llevando a cabo.
Sinceramente pienso que en Galicia no se han reconocido debidamente los servicios que los seminarios conciliares han hecho en el terreno de la cultura. La facilidad de acceso al seminario y la economía de estudiar en él abrían una puerta que fue, durante muchos años, generosamente aprovechada. Me considero un beneficiario de esa oportunidad durante los cinco años de estudios de latinidad. Conservo memoria agradecida a diversos profesores, entre los que destaco la labor docente y educativa de D. Francisco Fanego: él despertó en mí aficiones literarias, al paso que, al menos relativamente, me familiarizaba con la latinidad.
Sumo mi acuerdo con todos los colaboradores, agradeciendo y elogiando la labor que, alo largo de la historia, ha llevado a cabo nuestro Seminario de Mondoñedo.
(1)Sergio Rábade Romeo nació en Saavedra, Begonte (Lugo), en 1925. Cursó Latín y Humanidades en el Seminario de Mondoñedo y se graduó en Filosofía en la Universidad Pontificia de Comillas. Doctor en Filosofía y Letras, fue catedrático de Metafísica en las universidades de Valencia y Complutense, de Madrid. Fue presidente de la Sociedad Española de Filosofía, vicerrector de la Complutense y primer rector de la Universidad CEU-San Pablo. Su obra está considerada como única en el panorama filosófico español dentro en el estudio de la Teoría del Conocimiento.
Aquilino Rivera Martínez
New York. October 16, 2015
Con todos los presentes y ausentes, me uno también a la celebracion de mi primer a Alma Mater, nuestro seminario que tanto nos configuro.
Después de ocho o nueve años allí, pienso que salimos también un poco ordenados…..
No es spray ni incienso, como diría el amigo Carballo Ferreiro, sino que así lo creo y así lo digo.
Brindare con un bo viño da Ribeira Sacra…..
Salutem Plurimam!
Tengan buen día y siéntanse felices y contentos siempre
Aquilino Rivera Martinez de Xestoso, y Yankee de Nueva York Sent from my iPad
Antonio Crespo Prieto
Soy Antonio Luis Crespo Prieto, alumno del Seminario de Santa Catalina de Mondoñedo desde septiembre de 1949 (el primer año en Villanueva de Lorenzana) hasta el 27 de mayo de 1961, día en el que fui ordenado presbítero junto con otros 14 seminaristas, en el Congreso Eucarístico Comarcal de Vivero, por el Obispo de la Diócesis, Don Jacinto Argaya Goicoechea. Ese mismo año y de la misma promoción de alumnos de este querido seminario fueron ordenados en otras fechas otros 4 seminaristas –2 en Comillas, 1 en Salamanca y 1 en Madrid- así fuimos una de las promociones de presbíteros más numerosas del siglo XX.
Mi hermano y yo hemos ingresado en el Seminario Menor de Villanueva de Lorenzana en septiembre de 1949 con 14 años cumplidos.
“Somos una gran familia”.-Me alegro muchísimo de este homenaje porque sigo llevando en el corazón con gratitud este nuestro seminario por lo mucho que he recibido en él y de él. También me alegro de que la iniciativa de celebrar este evento haya partido de un grupo de ex-alumnos que no han llegado a ordenarse. Si hubiera partido de algunos de los que estamos ordenados, correría el peligro de clericalizarse y así, los no presbíteros podrían sentirse excluidos. De este modo, todos hemos sido alumnos y podemos decir con verdad que somos como una gran familia en la que seguimos sintiendo aprecio mutuo, a pesar de las diferencias. Así lo expresaba, más o menos, Emilio Prado Piñón en el entierro de Modesto Díaz Muíño, celebrado en Chavín.
Misión en Portugal.-Lo que siento es no poder participas personalmente en el homenaje. No es posible. En junio de 2004 he sido enviado a Lisboa para ser vice-rector del Seminario Missionario Diocesano Redemptoris Mater Nossa Senhora de Fátima del Patriarcado de Lisboa y continúo en esta misión de servicio a la Iglesia hasta que Dios quiera. En este momento no es posible viajar a Mondoñedo. Si hubiera sido en verano, tal vez habría sido más fácil desplazarme.
Arsenio Ginzo
Desde tierras germánicas, deseo sumarme cordialmente a la celebración de este bien merecido «Homenaxe». Homenaxe a una institución que ha sido tan importante en mi vida.
Vobis omnibus salutem plurimam dico.
Fco. Javier Blanco Pardeiro (1)
Queridos amigos:
Nuestra estancia aquí en estos momentos solemnes estará dominada por el sentimiento, predominantemente. Hace tanto tiempo que no vemos a nuestros amigos, que un sentimiento de nostalgia se apodera de nosotros. No en vano hemos pasado –ése es mi caso- más tiempo entre estos muros que en casa de nuestros propios padres. Aquí la fe que nació de nuestros padres se ha fundamentado; nos han educado; nos han comprendido; corregido cristianamente y hemos dejado estos lugares por nuestro propio pie, en paz y en gracia… y cuando nos ha apetecido.
Gratitud a nuestros formadores
Por eso en estos momentos la primera palabra que nos sale del corazón es la de gracias. Dar gracias a Dios, dar gracias a los compañeros en esta etapa tan importante de la vida y, sobre todo, dar gracias a nuestros tutores, a nuestros profesores, a nuestros directores en las diversas facetas de responsabilidad que tenían sobre nuestra formación. Ser sacerdote es un gran don de Dios; es el mayor don a que puede aspirar un cristiano. Quiero que esta realidad quede bien clara entre nosotros: ser sacerdote y cuidar de que otras personas puedan ser sacerdotes, es el mejor de los trabajos para la Iglesia. Cada uno de nosotros –exseminaristas- nos las hemos arreglado para ir tirando en esta vida, formando una familia y viviendo más o menos dignamente; algunos de entre nosotros hasta pueden decir que han triunfado en la sociedad: ocupan cargos importantes, desarrollan cumplidamente sus capacidades intelectuales, y son aplaudidos por su entorno. Mi vista, no obstante, se dirige hacia nuestros formadores en el Seminario; lograr el triunfo de unos pocos superdotados es significativo, pero acaso más importante sea que la gran mayoría de los antiguos alumnos de este Seminario hayan alcanzado un nivel en la sociedad al menos conforme a su valía personal. Por ello quisiera remarcar la importancia que debemos reconocer a los sacerdotes que han ejercido su apostolado entre nosotros, con su ejemplo, su sabiduría y su paternidad espiritual.
Valores en que nos hemos entrenado
Quisiera también destacar que esta reunión no debe quedarse en una simple remembranza de tiempos ya idos: el presente nos reclama. Debemos reafirmar los valores en que todos nos hemos entrenado: la fe y sus consecuencias como cristianos. Vivir nuestra condición de cristianos hoy que hemos llegado al límite de la increencia en esta sociedad. Hasta lo natural se desfigura para convencernos de que no hay verdad ni mentira; bueno ni malo; moral ni inmoral.
Yo no he estudiado teología, de modo que no quiero dar lecciones de espiritualidad. Pero la praxis me convence de que hay cosas elementales para cualquier cristiano que son imprescindibles: la Misa y la oración personal. ¿Qué cosa hay más importante para un cristiano que la Santa Misa? Nada hay más importante, porque su valor es infinito. ¿Cómo se va a alojar en mi cuerpo el Espíritu de Dios si no lo pido mediante la oración?
Creo que los que aquí estamos venimos dispuestos a rememorar circunstancias pasadas y no dudo de que estos actos de homenaje puedan tener consecuencias personales cara a nuestro compromiso como cristianos. La sociedad lo necesita y es nuestro deber responder en cada ámbito concreto. Este sería, por descontado, el mejor homenaje al Seminario y a todo su profesorado.
(1)Seminario: 1959-1966
Eduardo Dovale Muiños
Desde la proximidad emocional y por medio de tu persona, mis mejores deseos pa toda «familia» del Seminario de Mondoñedo» en señal de pleno agradecimiento. Un abrazo Ramón
José Manuel García Cheda
Quiero expresar mi gratitud al Seminario de Mondoñedo para lo cual también envié al Sr. Obispo algunas partituras de adoración, alabanza, acción de gracias y de otros temas menos explícitamente religiosos.
Un fuerte abrazo a todos los que hemos vivido en familia tan intensamente y tanto tiempo en él como para dejarnos su huella impresa en nosotros para siempre.
Fco. Javier Vigil de Quiñones Parga
No podré asistir porque ese día se me casa una hija. Ya se lo comuniqué hace tiempo a Manolo Villares. De todas formas os recordaré. Un abrazo.
Francisco Martinez Sánchez (Pacurri)
Junto a mi libro mental de recuerdos sobre el Seminario, guardo bien grabada en mi corazón la palabra “gracias”. El marco curricular de entonces en un contexto de formación integral profunda me abrió muchas puertas en mis andaduras académicas y laborales. ¡Gracias Mondoñedo!
Ante la imposibilidad de gozar hoy a tu lado, te rindo mi homenaje desde Granada. Pacurri.
José Luis Fernández Ansedes
El seminario Sta Catalina de Mondoñedo es un orgullo para todos los mindonienses en todas sus facetas: por su labor educativa y cultural, por su patrimonio monumental resaltando biblioteca y por su «acogida» a diversas actividades de otras instituciones o grupos que se han realizado en sus instalaciones.
Por todo ello y en especial a todas las personas que ha formado en sus aulas debemos unirnos para volver a conseguir que recupere la labor educativa: sea cursos de verano, escuela de Artes y Oficios, Extensión de la Universidad, etc
Esperemos que en ese «reto» se impliquen muchas personas.
Felicidades por esta «Xuntanza-Homenaxe» a todos los organizadores y colaboradores desde la Plataforma asociativa «Comarca de Mondoñedo Unida»
Dejar una contestacion