Por Francisco Arias Solis.
«Un sepulcro hallará mi dolor.
Un sepulcro es el lecho florido
que apetece mi anhelo postrero;
un sepulcro la dicha que espero;
pues no existe la dicha de amor.»
LA VOZ DE UN ROMÁNTICO HONRADO
Pastor Díaz es, quizás, uno de los mejores y más puros representantes de la poesía romántica; sus versos lúgubres son de los pocos que merecen sobrevivir y su sentimiento de frustración se expresa en una lírica suave y añorante, lejos de las tremendistas exageraciones de otros poetas, dejando así abierto el camino hacia Bécquer.
Nicomedes Pastor Díaz tiene no sólo importancia en la poesía castellana, por ser precursor de Bécquer, sino también en la poesía gallega, por ser suyo el primer poema que se escribió en gallego en el siglo XIX
Nicomedes Pastor Díaz Corbelle nace en Vivero, provincia de Lugo, el 15 de septiembre de 1811. Estudió en el Seminario de Mondoñedo y en la Universidad de Santiago. Cuando Calomarde cierra la universidad gallega, se trasladó a la Universidad de Alcalá, en 1832. En Madrid mantuvo buenas relaciones con los conservadores, como Donoso Cortés y Serafín Estébanez Calderón, y con los liberales, como Espronceda, Ventura de la Vega y Larra, sin embargo, su gran amigo fue Zorrilla.
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