Música, maestro

Los profesores de música

Por Joaquín Suárez Prado (1)

Entre los numerosos aciertos de la educación impartida en el marco de la formación eclesiástica, figuraba el solfeo, una de las “marías” incluidas en el bagaje curricular del seminario. No porque su practica resultase particularmente brillante – que, con contadas excepciones no lo era -, sino porque con frecuencia servía para intuir lo que el entusiasmo de los profesores intentaba comunicar a los incipientes alumnos: la pasión por la música a través de su practica.

De sobra es sabido que la practica de la música en grupo tiene la virtud, entre otras, de generar momentos de intenso placer, incluso de verdadera exaltación, entre sus practicantes. En el Seminario, esta practica estaba asegurada a través de una de las instituciones mas conocidas: la Scola Cantorum o “Scola” a secas, animada y dirigida por Don Eugenio García Amor.

Quienes como yo tuvieron el privilegio de cantar durante un tiempo en el marco de la Scola mindoniense, recuerdan perfectamente que el conjunto estaba esencialmente compuesto por un grupo de participantes “senior” que constituían el alma del grupo. Vienen a mi memoria, sin que esta enumeración tenga carácter limitativo alguno, nombres como: Aneiros, Curras, Fole, Dominguez, Ferreiro, Grandio, Goldar, Castro Rio, Laurentino, Cheda, Javier Mendez Perez, etc.

Pues bien: el sistema utilizaba este reservorio de prestigio para seleccionar y designar a los profesores de música: colegas de cursos superiores que con total abnegación y generosidad aseguraban varias veces por semana las clases de solfeo para los cursos inferiores. Cada uno de nosotros guarda en memoria sus profesores de música. A los míos vaya desde aquí, bien tardíamente, la expresión de un profundo reconocimiento y admiración.

Algún día habrá que inventarse un acontecimiento colectivo que marque como se debe la contribución abrumadora de Don Eugenio al conocimiento, a la practica, a la pasión y a la perennidad de la música en nuestros espíritus de jóvenes seminaristas mindonienses. A muchos de nosotros esta pasión nos acompaña y nos acompañara de por vida. Gracias de todo corazón.

(1) Joaquín Suárez (Ribeira, 1943) fue profesor de Lengua y Literatura en el Seminario Menor