Rafael Lombardero: homenaje de sus nueve parroquias ortigueiresas

Misa de acción de gracias
Misa de acción de gracias en la iglesia de Cuiña
El Alcalde de Ortigueira entrega a Don Rafael una placa en nombre del Concello.
El Alcalde de Ortigueira entrega a Don Rafael una placa en nombre del Concello.
Palabras del Administrador Diocesano
Palabras del Administrador Diocesano

Como en un Sermón de la Montaña, nueve parroquias ortigueiresas se congregaron en la iglesia de Cuiña en torno a su cura, don Rafael Lombardero, el día que celebraba sus Bodas de Oro sacerdotales. Más de 350 feligreses para el homenaje a un cura, todo un símbolo.

Regalos ofrecidos por la Comisión organizadora
Regalos ofrecidos por la Comisión organizadora
Multitudinario almuerzo en torno a Don Rafael
Multitudinario almuerzo en torno a Don Rafael

Sábado, 21 de noviembre. Iglesia de Santiago de Cuiña. Allí aguardaban a don Rafael vecinos de San Claudio, Senra, O Ermo, As Neves, Cuiña, Freires, Devesos, y San Salvador y San Cristovo de Couzadoiro, las parroquias que atiende en solitario este bienquerido clérigo nacido en Vilameá (A Pontenova) hace 73 años. Se unieron a los actos el alcalde de Ortigueira, Juan Penabad Muras, que le entregó una placa en nombre del municipio, y medio centenar de amigos de la villa; sacerdotes de la comarca (Ortigueira, Cariño, As Pontes), y un grupo de antiguos compañeros de curso de don Rafael en el Seminario de Mondoñedo (ingresados en Lourenzá en 1953). Asistió también el administrador diocesano, don Antonio Rodríguez Basanta, así como ese histórico y entrañable personaje de nuestra diócesis y del Seminario, Monseñor Eugenio García Amor, profesor y antiguo vicario general.

 

50 años de cura

Rafael Lombardero García ejerció su ministerio en la parroquias de Guitiriz, San Julián (Ferrol), y San Claudio (Ortigueira) antes de nombrado secretario del obispo don Miguel Ángel Araujo, cargo que ejerció durante quince años. En 1980 se afincó en las tierras del Ortegal. Viene a la parroquia de Senra para ayudar a su tío, don Francisco, a quien sucede al frente de la parroquia, y, paso a paso, va echando sobre sus hombros una parroquia tras otra en el entorno de Ortigueira. Y así, desde hace 30 años.

“Tres veces me pediron cambiar (para mellorar, supostamente) e non aceptei”, contaba Rafael al disrio La Voz de Galicia. “Síntome moi contento porque me sinto aldeano. Como viña de estar co bispo, dicían: “Pouco a parar aquí. Se está contento e non quiere medrar, aquí querémolo. Síntome querido. Ao levar moitos anos, a xente faite deles (…) Ogallá a xente ás veces fora máis crítica co meu traballo (…) Gústame cantar más misas e nalgunhas parroquias teño a satisfacción de que ás veces sentes cantar aos homes, que eran reacios. Moitas cousas que predicamos non quedan, pero as do canto quedan máis”.

 

Crisis del rural gallego

El homenaje fue una apoteosis de alegría y de gestos emotivos. Gestionado por una comisión interparroquial, toda la jornada se fue colmando de gestos significativos: multitud de regalos –desde el álbum de los alumnos de Religión del Colegio José María Lage, de Ortigueira, hasta un ordenador; desde una casulla, un cáliz y una patena, a bandejas dedicadas por las parroquias. En la misa y en el posterior almuerzo celebrado en la restaurante La Ría, de Santiago de Mera, la representación de las nueve parroquias regidas por don Rafael no cesaron de volcar su afecto y gratitud hacia su curiña, mediante lecturas y dedicatorias piadosas. Con razón, al ser preguntado por su familia, don Rafael contestó: “Mi familia sois todos vosotros, después de tanto tiempo. Me siento muy bien aquí”.

“Consagrado a Dios, en favor de los hombres”

No se recuerda, en mucho tiempo, una manifestación de amistad y reconocimiento semejante en la comarca de Ortigueira. Don Rafael es un cura muy popular en la zona, con gran predicamento pastoral. Es también un sacerdote que vive con lúcida pesadumbre el oscuro porvenir del ámbito rural gallego y, en consecuencia, de la decadente presencia de la iglesia en ese medio. “Teño algunha parroquia na que levo dez anos sin bautizar a ninguén”, declara con visible preocupación. Dentro de poco tiempo, señala también Lombardero, habrá un cura por cada 20 ó 30 parroquias, por lo que “os aniversarios van a ter que facerse nun sitio céntrico, como Ortigueira. O mundo rural more; estase subsistindo gracias os subsidios”. Inquietante mensaje para la reflexión, en un día memorable en la vida de Rafael lombardero García; el día en que quedó probado que su vida (“Consagrado a Dios, en favor de los hombres” es su lema sacerdotal) ha sido útil a sus semejantes.

Feliz aniversario, Rafael

 

 

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