Germán Castro y Ángeles Alvariño: un idilio histórico que no cesa

Germán Castro ha peregrinado a Viveiro con la misión, casi profética, de elevar a los altares de la ciencia universal un nombre gallego: Ángeles Alvariño (Ferrol, 1916-La Joya, California, 2005), una vida y una obra contada en libro  por nuestro compañero periodista hace tres años. La obra “Mi estela en los océanos”,  editada por  el Club de Prensa de Ferrol, sacudió entonces la conciencia del  nuestro mundo científico. Alvariño era –y en buena medida lo es todavía hoy, incluso en su tierra-,  un eco lejano.  De ahí el valor de esta aventura editorial de Germán, en la que  desvela la fabulosa vida -personal  y profesional – de una científica de privilegiado reconocimiento en todo el mundo,  especialmente en los Estados Unidos.

   

1980

                                                                           

 En la cumbre de la ciencia española

Estamos ante un libro biográfico, pero reivindicativo;  minuciosamente documentado,  raramente cercano al personaje y rendido intelectualmente a su protagonista. Digamos sin demora que la ferrolana Ángeles Alvariño figura incluida en la Encyclopedia of Worl Scientifics (editada por la World Scientifics Publishingh, ubicada en  Singapur), entre los 1.000 científicos más importantes del mundo a lo largo de la historia y el tercer nombre español de la lista, al lado de los premios Nobel Santiago Ramón y Cajal y Severo Ochoa.  Impresiona leerlo.

 

Presentación en Viveiro

Tener en sus manos la inquietante vida de Ángeles Alvariño convirtió a Germán Castro en su predicador más empecinado. Su programa de divulgación no cesa. Tras haber presentado la biografía en las capitales gallegas y otras ciudades, lo hizo el pasado viernes 23 de este mes en Viveiro. El lugar de la cita no era casual, porque a esta ciudad mariñán está vinculada por vocación artística una sobrina política de Ángeles Albariño, científica de renombre también, la bióloga, pintora y ceramista ferrolana María José Leira Ambrós, profesora jubilada. María José acude periódicamente a cultivar su aprendizaje como ceramista al reputado centro cultural y museístico RegalXunqueira, a las puertas de Viveiro, obra del popular  maestro ceramista Alfonso Otero Regal (Nois, Foz, 1952). Allí se celebró el acto.

Germán Castro, María José Leira y el anfitrión Alfonso O, Regal durante la presentación del libro en Viveiro

 Una biografía apasionante

Germán Castro describe  el curso de los días de aquella niña nacida en el barrio ferrolano de Serantes y que ya era reconocida como alumna prodigio en sus años escolares. A grandes saltos, la tenemos en la Universidad Politécnica de Madrid al comenzar la Guerra Civil,  hecho que demoró su licenciatura. Ángeles estudió como becaria en Plymount. Massachussets y, ya definitivamente, en California donde echó raíces. Se adscribió al Institut Ocean Sripps, de la Universidad de San Diego, donde su carrera ascendió súbitamente. Se convirtió en investigadora de referencia al servicio de la Marina Pesquera de los Estados Unidos, participó en expediciones por todos los océanos, descubrió 22 especies marinas, prescribió nuevos métodos de exploración oceanográfica, se convirtió  en especialista en plancton (dos de ellos llevan su nombre) y situó su prestigio personal  entre la aristocracia científica norteamericana, donde su legado permanece vigorosamente vigente. Ángeles Alvariño presta hoy su nombre a diferentes instituciones, premios y becas de carácter científico en España y Estados Unidos, así como a uno de los buques de investigación del Instituto Español de Oceanografía.

 

Encuentro con la científica

Como en lo de la manzana  de Newton, se diría  que el encuentro de Germán con Ángeles Alvariño responde a esa casualidad que suele acompañar a quien la busca.

–En 1990 -relata el propio Germán- vino a Ferrol desde California el destacado escritor y crítico  mugardés José Rubia Barcia. Él me habló de “una ferrolana que era una eminencia científica en California y en todo Estados Unidos.  Y me relató con detalle los datos profesionales de Ángeles Alvariño. Me pareció una historia fascinante, que no podía desaprovechar e  intenté contactar con ella. Durante diez años estuve carteándome con ella y me dediqué a recopilar información. En el libro figuran más de sesenta fotos de nuestra protagonista. Por fin, en el 93, en ocasión de su viaje a España para recoger la Medalla de Galicia de la Xunta, pude entrevistarme con ella. Inolvidable encuentro para mí.

Ángeles Alvariño en Ferrol en 1993

Detrás de una gran mujer, un gran marido

Pasaron algunos lustros hasta que el Man pudo enviar a imprenta su trabajo, primero de un periodista español sobre el personaje y, por eso mismo, pistoletazo de salida para la difusión de la apasionante aventura profesional de la ferrolana.

Germán remata con un apunte relevante. El marido de Ángeles Alvariño, Eugenio Leira Manso, era oficial de la Marina. Tras su destino en Madrid en el año 1948, empeñó su vida en el objetivo de  apoyar la carrera científica de su esposa, ya muy prometedora por entonces. Naturalmente, en detrimento de la suya propia. “Se dice que detrás de un gran hombre hay siempre una gran mujer”, comenta Germán; “pues bien, en este caso ocurrió, afortunadamente,  todo lo contrario”.

Germán se propone seguir llevando el nombre de Alvariño Galicia adelante, Próximas etapas. A Coruña y Santiago.

Entre tanto, nuestro periodista vitalicio avanza en la biografía del historiador ferrolano Benito Vicetto (1824-1878). Será otro aldabonazo.

 

Biografía de Germán Castro Tomé (Man Castro)

 

 

1 comentario

  1. E a loita continúa. Ángeles Alvariño debería estar xa nas escolas e universidades. Moitas grazas. Esa pluma aceirada, lúcida e lucida dun avezado do oficio como é o compañeiro Ramón Barro Bello, honra ao xornalismo, á científica A. Alvariño,ao Club de Prensa de Ferrol, editor, e ao modesto autor do libro presentado en Viveiro, terra de don Nicomedes Pastor Díaz, coetáneo e amigo dun «amigo» do que subscribe, refírome ao historiador, novelista, poeta e periodista, o ferrolán Benito Vicetto Pérez.
    Saúde e saudade dun «tempus» mindoniense.

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