
Con los buenos oficios de nuestro “extridiputado” –fue congresista en las legislaturas II, III y IV: 1982/1993– Ángel Teijeiro Fraga, y con un quorum justito, los madrimindonienses con alta médica cumplimos el pasado día 27 de este mes de mayo la anunciada xuntanza en el Congreso de los Diputados.

Ojos para ver. El Congreso da mucho de sí en su interior, más de lo que aparenta desde la Plaza de las Cortes o la calle Zorrilla. Para visitarlo hemos contado con una anfitriona vinculada doblemente a nuestra tierra. Se trata de la diputada socialista Obdulia Taboadela, que une a su condición de parlamentaria por A Coruña el título de hija de gallego de Tui. Y ex seminarista, que ya es coincidencia, en los duros años 40. De modo que nos acogió como en su casa. Anfitriona de nota muy alta.

La casa de todos
Nos unimos primero a una visita guiada junto a un grupo de disciplinados alumnos que se mostraban sorprendidos y satisfechos. Pasamos por las dependencias principales: salas de reuniones, de ministros, de conferencias (Salón de los Pasos Perdidos) y, por supuesto, el Salón de Sesiones; ascendimos a la planta noble (la tercera) y pasamos a la zona ampliada, donde la cafetería nos sorprende por su sobriedad.

Cada paso, una evocación: los cuadros, los tapices, los bellos estucos, toda la arquitectura neoclásica del edificio tantas veces mostrado en la televisión. En el pasillo central, Cánovas y Sagasta enfrentan sus bronces complacidos: un guiño al presente rabioso. Capítulo aparte, la Biblioteca, que alberga más de cien mil volúmenes; una joya de 1889, obra del arquitecto Arturo Mélida. Cada españolito debería darse el gustazo de saber dónde se saben las leyes (sin preguntar cómo se hacen, como recomiendan los alemanes para las salchichas).

El edificio del Congreso de los Diputados fue inaugurado por la Reina Isabel I en 1950. En esa casa trabajan a diario 279 hombres y 407 mujeres, entre ellas una culta y entusiasta guía que sabe ganarse el sueldo.



Perfecto resumen de este día caluroso fuera del Congreso, pero como está muy bien expresado por nuestro «director de comunicación » Dn Ramón. Esperando vernos todos en la próxima. Un cordial saludo.