
El jueves 27 de mayo se cumplieron sesenta años de la ordenación sacerdotal en Vivero de 15 seminaristas de cuarto de Teología de nuestro Seminario de Mondoñedo. Pertenecían a la generación de los ingresados en Lourenzá en el curso 1949-1950. Aquella lejana ceremonia de ordenación tuvo como marco la iglesia parroquial de San Francisco de Viveiro y estuvo presidida por el obispo don Jacinto Argaya Goicoechea. La solemne ceremonia había sido trasladada desde el propio, su sede habitual, a esta ciudad de la Mariña lucense por celebrarse e ella el Congreso Eucarístico Diocesano.

La conmemoración de aquella fecha inolvidable, lo que popularmente se conoce como las “Bodas de diamante”, tuvo el pasado día 27 cumplida liturgia conmemorativa también en Vivero, como era obligado. Los sacerdotes supervivientes de aquella ordenación se reunieron a mediodía en la capilla de la vivariense residencia de Mayores “Betania”. Actuó como anfitrión y presidió la Eucaristía el actual capellán de la Residencia y compañero de curso de los reunidos, Emilio Prado Piñón. La relación de ordenados en 1961 es la siguiente:
Eusebio Comendeiro Cabodevila. (Mojoeira, Riotorto, 1935). Fallecido
Antonio Crespo Prieto. (Viveiro, 1934)
Manuel Crespo Prieto. (Viveiro, 1934). Fallecido
José María Díaz Rodríguez. (Cariño, 1930)
Antonio Domínguez Martínez. (San Juan de Alva, Vilalba, 1938)
Laurentino López Pérez. (La Vega Rúa-Petín, Ourense, 1936)
Manuel López Reigosa. (Ferreira, 1930)
Fernando Monterroso Carril. (Moldes, Melide, 1935) Jesús Muinelo Cupeiro. (Bazar, Castro de Rey, 1934). Fallecido
Antonio Portela Lombardía. (Puente de Otero, Castro de Rey, 1934). Fallecido
Emilio Prado Piñón. (San Xulián de Montoxo, Cedeira, 1936)
José Quiroga Sanfiz. (Triabá, Castro de Rey, 1937). Fallecido
Antonio Río Ituriza. (Burela, 1938)
José Río Villares. (San Juan de Alba, Vilalba, 1935). Fallecido
Constantino Teijeiro Valle. (Justás, Riberas de Lea, 1933)
Durante la misa de acción de gracias hubo un emotivo un recuerdo hacia los compañeros de curso fallecidos siendo ya sacerdotes. Seguidamente, los compañeros de curso participaron en un almuerzo de confraternidad en la propia Residencia vivariense.
Muchas felicidades a nuestros amigos sacerdotes y antiguos compañeros del Seminario, muchos de ellos de grato recuerdo para las generaciones posteriores que los tuvieron como profesores.
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