Los madrimindonienses se citan en las Colecciones Reales

Los afortunados visitantes de las Colecciones Reales

Para abrir el programa de xuntanzas de 2025, los exseminaristas madrimindonienses decidieron citarse el pasado 14 de febrero en la Galería de las Colecciones Reales, esa soberbia doble obra de arte –continente y contenido- abierta al público el 28 de junio de 2023 al costado de la catedral de la Almudena.

Si el anterior encuentro tocó alto en el Real Casino de la Calle Alcalá, era obligado mantener el “meritissimus”. Resultado: una grata jornada de confraternidad de viejos camaradas y una inmersión gozosa en el patrimonio artístico e histórico acumulado por las dinastías españolas desde los Trastámara,  Austrias y  Borbones. Se ha escrito sobradamente sobre el catálogo de obras allí acumulados: pinturas, esculturas, tapices, carruajes históricos, piezas de arte palatino que uno puede disfrutar mientras sigue por auriculares la descripción pormenorizada de las salas. Es aconsejable –si la anatomía personal no lo impide- subir y bajar las cuatro plazas por las amplias rampas que contribuyen a la originalidad de la arquitectura del edificio.

 

Café Varela

La cita en la Galería fue a las once,  y era ya la una y media cuando emprendimos la subida por la calle de los Caños del Peral hasta la Plaza de Santo Domingo donde termina la calle de Preciados. En Preciados 37  está el Café Varela, que no es un apeadero cualquiera para un gallego. El Café nació como tal  en 1896 de la mano de los hermanos Edmundo y Manuel Varela, nacidos en Cirio (Pol, Lugo), una aldea que los biógrafos del Café sitúan en Pontevedra e incluso en la «provincia de Vigo». Los Varela habían triunfado como comerciantes de pollos en el vecino mercado de Los Mostenses. Remozaron el edificio, propiedad del Conde de Romanones,  al gusto de París, puro estilo Luis V enriquecido con  espejos y bronces. Fue durante medio siglo uno de los cenáculos de postín de las tertulias, primero literarias, luego también musicales,  de la Villa. Se diría que la nómina  completa de la intelectualidad de la época hizo allí parada e incluso creó parte de su obra en aquellas mesas de mármol. Ya ancianos, los Varela llamaron  a Madrid a su sobrino Silvestre, como mozo de mesa. Pero en 1916,  retirados los fundadores, el Café pasó en usufructo a manos del que desde ese instante sería llamado «don Silvestre». Falleció en 1944. El local fue traspaso a un tal don José del Valle y funcionó entre 1950 y  1958 de nuevo como ámbito  cultural. Allí vivió casi una década la tertulia “Versos de medianoche”. Ya en 1985 revive como restaurante gallego y, en los últimos años, de la mano de Melquiades Álvarez, otro gallego de podio, recuperó inusitada relevancia gastronómica en el Madrid histórico. Melquiades, nacido en A Teixeira (Ribeira Sacra orensana) y   antiguo propietario de El Torreón, de El Pardo, vio claro el potencial de este   refinado edificio,  lo plegó a la contemporaneidad y lo condujo al éxito. Incluso vuelve la casa por sus fueros  culturales con la creación del premio periodístico “Café Varela”.

Por la Izqda: Ricardo Timiraos, Pepe Puente Abelleira, José Antonio Pernas, Manolo Villares, Dani G. Artiaga, Paco Cal Pardo, Ángel Teijeiro Fraga, Moncho Barro

Lacón ilustrado

Estábamos convocados para una laconada. Y resultó ser de las mejores que pueden servirse hoy en Madrid, con sus carnes canónicas: lacón, chorizo, costilla, jarrete, morro, orella… garbanzos y grelos. Para la ocasión, un Mencía “grato a Augusto” que diría Cunqueiro. Siguió la calidez de la sobremesa:  Mondoñedo va y viene. Tuvimos tiempo para descubrir la biografía de uno de los nuestros, incorporado ya a las tertulias de Madrid, el ferrolano Ángel Teijeiro Fraga. Acude a nuestras convocatorias con doble provecho, puesto que aquí vive una de sus hijas. Ángel, como no muchos conocen, tras cursar  todo Latín en Vilanova/Mondoñedo, se licenció en Letras en Salamanca y fue catedrático de Lengua y Filología  y director del Instituto Femenino de Ferrol; diputado en el Congreso  por el PSOE en tres legislaturas (19828-1993)  además de director de  Servicios Superiores de la Inspección del estado del Ministerio de Educación en Galicia, jefe del PSOE en la comarca de Ferrol y presidente del Ateneo Ferrolano. Una biografía que brillaba, discretamente,  debajo del celemín.

Villares, Dani, Puente

Echamos en falta en  esta cita a Arsenio Ginzo, José Ramón Franco y Ramón Saá, por obediencia debida a los médicos; a Ángel Felpeto, que suele acudir desde Vargas (Toledo) y a Pacurri Martínez Sánchez, que tanto nos echa de menos en Huétor Santillán, Granada.

Quedan en lista  para la próxima, ya con la primavera estallando en el Parque del Retiro.

R.B

1 comentario

  1. Ao ler esta “arte da narración” do noso Conde de Miñaño, vénme á cabeza o Salmo 122, cando canta: “Moito me aledei cando me dixeron…” E fíxome pensar que na próxima xuntanza, o Señor me permitirá compartir esa ledicia de pasar unhas horas cos “irmáns unidos no Retiro”. Un feixe de Apertas!!

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