
Nuestro compañero Ángel Felpeto Enríquez recibió el pasado día 23, festividad de San Ildefonso, patrón de Toledo, el título de “Concejal Honorario”, en el curso del tradicional acto de entrega de los Honores y Distinciones que concede la Imperial Ciudad a “personas y entidades que con su compromiso y excelencia han enriquecido su vida cultural, social y artística”. El mismo título le fue concedido al antiguo compañero de Ángel en la Corporación municipal toledana Fernando Sanz Domínguez.
En el ceremonial se incluyó la entrega de otros ocho galardones, entre ellos la Medalla de la Ciudad al internacionalmente famoso parque recreativo Puy du Fou.

Ángel y Toledo
El idilio de Ángel Felpeto con Toledo no ha hecho sino madurar desde que en 1977 nuestro amigo hizo su entrada en la ciudad, como el moro Muza en 712, para conquistarla. Venía con la credencial de trotamundos como él mismo reseña en su biografía de la web:
“Cumpro con esa condición viaxeira que se nos atribúe aos galegos porque vivín un ano en Barcelona, seis en Ermua, casei en Alicante con Nines, extremeña de nacemento, o meu fillo naceu en Bilbao e a miña filla en Sevilla porque alí residía a familia da miña esposa, e son xa toledano de adopción despois de corenta e catro anos (ya 47)”.

Concejal y Consejero
En estos 47 años a la vera del Tajo, Ángel tuvo tiempo para ser profesor y director de la Universidad Laboral; de ejercer de vicealcalde y concejal de Cultura, Educación, Deportes, Festejos y Juventud (2007-2011) y consejero de Educación, Cultura y Deportes de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, además de presidir multitud de patronatos e impulsar incansablemente la participación ciudadana como escuela de convivencia. Por todo esto es recordado. Ángel ha ejemplificado la figura de político ocasional y ciudadano ético a tiempo completo. Sobre la moral pública habló en este acto del día23. Dirigiéndose a sus nietos, leyó solemnemente:
“Me gustaría que ellos y los de su generación aprendieran que la verdad siempre por delante, la palabra, la honradez y el ponerse en lugar del otro para escuchar y ayudar a los demás, deben ser valores en alza y nunca en regresión”.
Si acompañas a Ángel Felpeto desde Zocodover a la Catedral, tómate más de media hora de tiempo. La gente os saldrá al encuentro:
— Hola, don Ángel, ¿cómo está?.
Don Ángel” por aquí, “Don Ángel por allá”.
Es un hombre honorable el que pasa.-RB
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