Antonio Grandal Gómez

Nacido en 43 en el escolar de Esteiro-Cedeira, donde viví, muy feliz, mi primera docena de años. Preparado en la escuela de mi padre hago ingreso y 1º Bach. por libre en el Instituto masculino de Ferrol.

Con 12 años marcho al Seminario: 2 cursos en Lorenzana y hasta fin de 2º de filosofía en Mondoñedo, abandonando por convencimiento de no vocación y (curiosidad), como alguno más, con adenopatía pulmonar.

La vía del Magisterio.-El curso siguiente hice la reválida y me matriculé por libre en Magisterio. Ingreso, voluntario, en el servicio militar en Artillería-Ferrol, (20 meses). Saco el título de maestro y las oposiciones. Me destinan a Cataluña y piso la excedencia     para matricularme en Filosofía y Letras en la Universidad Pontificia de Salamanca, donde más me convalidan por mis estudios y lo más cercano a mis intereses.

Psicólogo y pedagogo.-En 4 cursos,  titulación en Pedagogía y 1º de Psicología. El 5º curso termino Psicología compatibilizando con” profesor ayudante” de Pedagogía Experimental, ansiando venirme a Galicia.

Al siguiente, con aceptable mercado de trabajo, me establezco en Coruña y me contratan en  el Colegio Peñarredonda (Op. Dei…) como orientador escolar.

Tras 3 cursos, “nos dejamos…”, por no coincidencia de espíritu…

En el 1974, reingreso en Magisterio con destino en el colegio experimental  “Pedro Barrié de la Maza” de Mondego-Sada, como orientador escolar, único entonces en la enseñanza pública.

Orientador escolar.-Tras 2 cursos, (1976) consigo una de las tres plazas  de Orientador Escolar en la enseñanza primaria pública en provincia. Comenzamos sólo tres para toda la provincia y en 2003, año de mi jubilación voluntaria, ya había un orientador en casi todos los centros de primaria y todos secundaria.

Reivindicación profesional.-Los primeros años, a pesar de que la administración nos exigía Titulación Superior  (grupo A) nos consideraba y pagaba como maestros (grupo B). Conseguí convencer de posibilidad a todos los compañeros de Galicia y, puesto el caso en manos del excelente letrado D. José Luís Meilán Gil, conseguimos el Grupo A, con abono de nueve años de atrasos, sirviendo de pauta y modelo para todas las comunidades de España.

Fue dura la evolución y promoción de cambios, especialmente en la integración muy variada de alumnos con dificultades especiales, con los precisos recursos y adaptaciones curriculares.

Ayudar a los niños.-Me sentí muy a gusto y realizado trabajando y ayudando a niños con serios problemas y  “desangustiando” a sus familias , sobre todo al principio, pues los recursos y posibilidades eran escasos y en gran parte desconocidos.

Lo más desagradable siempre resultó el tener que luchar con la administración: interminables trámites burocráticos, que me saltaba con frecuencia, cambios de actuaciones, facilitación de recursos, etc.

SatisfechoMe siento bastante satisfecho de lo que viví y pude hacer con la posibilidad de trabajar en lo que siempre ansié, permitiéndome hacerlo, además,  coordinándome con muchos profesionales implicados (médicos, psiquiatras, diversos servicios sociales, fiscalía y juzgado de menores….) lo que te permitía solucionar en altas esferas lo que con tus superiores inmediatos imposible. En tiempos del presidente Fraga, con su participación  presencial convocando a conselleiros implicados, conseguimos crear, siendo yo uno de los promotores, la Comisión Técnica Interinstitucional del Menor, para facilitarnos la interacción profesional directa, en casos difíciles, sin dilaciones burocráticas, con muy buenos resultados. Luego se perdió por diferentes cambios de gobierno. (Cosas de la administración…, que frecuentemente tenías que comenzar de nuevo).

En todo ese tiempo participé y colaboré en muchos cursos de formación e incluso con la universidad.

A pesar de haber hecho mili por artillería, trabajé mucho y como soldado de infantería, siempre desde la base y  sin mayores aspiraciones a puestos u homenajes.