Río Cobo-Cervo (Lugo) 1941.
Hizo la Primaria en escuela de la vecina parroquia de Castelo.
Las Tentaciones de San Benito.-En septiembre de 1956, ingresó en el seminario de Vilanova de Lourenzá. Cuál no sería el impacto en aquel adolescente, cuando todavía hoy golpean su memoria los inquietantes grabados de las Tentaciones de San Benito colgados en las paredes del segundo claustro. Aquellos diablillos de copa en punta de flecha era reliquia, sin duda, del antiguo convento benedictino en el que se asentó el Seminario, pero una iconografía de dudosa pedagogía para aquellos infantes.
Mondoñedo y Lugo.-Llegó a Mondoñedo en el curso 58-58, al tiempo que lo hacía don Darío Balea Méndez, que había sido profesor suyo los dos años anteriores. Sin concluir Quinto de Latín, abandonó el seminario y se trasladó a Lugo para concluir el bachillerato en el Instituto Masculino. En la Escuela Normal de esta ciudad se graduó como maestro nacional.
Oposiciones a Magisterio.-Llegó el tiempo de la mili. Le tocó Infantería de Ferrol y aprovechó bien el tiempo. En el cuartel ayudó a alfabetizar a no pocos soldaditos de nuestra tierra; por la tarde (era un privilegiado “pernocta”) acudía a la biblioteca municipal para preparar las oposiciones al Magisterio. En 1967 obtuvo la plaza en propiedad y fue destinado a Avilés. Fueron custro años exigente y fecundos, luchando contra la imposible en clases de hasta 90 alumnos. Su escuela estaba en el Barrio de la Luz, que crecía por momentos ante la incesante llegada de emigrantes atraídos por el reclamo industrial de la ciudad.
De Avilés, al pueblo de San Antolín, en el municipio de Ibias, en el suroeste de Asturias, Sólo permaneció aquí un año porque, entre tanto, aprobó en Palencia la especialidad de Educación Física del Magisterio. Aquel deportista efervescente y vigoroso del Seminario encauzaba así, vocacional y profesionalmente, su temperamento natural.
Ceramista en Pontevedra.-Ganó plaza de esta disciplina en Pontevedra y allí ejerció hasta su jubilación como profesor en el Centro de Educación y Primaria Álvarez Limeses, salvo cuatro años como profesor, en comisión de servicio, en la Escuela Normal del Magisterio en esta ciudad.
Se jubiló en los primeros años de este siglo y, siempre inquieto, reactivó las actividades sociales y culturales que le acompañaron siempre. Sobre todas ellas, una afición punto menos que absorbente: el cultivo de la cerámica.
“Dentro de la cerámica, disfruto especialmente con las posibilidades que ofrece el torno. Hace muchos años, un virtuoso del torno me e maravilló y ahí sigo haciendo cacharros, flores, potas, murales, esculturas…” Él dice ser un “cacharreiro”, ese oficio que aprendió a cultivar el hombre en la primera hora. Llegó a exponer con motivo de unos cursos que dirigió en la Casa de la Cultura, pero no ambiciona una orientación comercial para sus obras. Es conocido –al tiempo que reconocido-, en Pontevedra por esta dedicación. Antes con las artes gimnásticas y ahora moldeando la arcilla, Benigno sigue siendo el mismo: un maestro.
Una vez jubilado se dedica a su hobby de alfarero, artesanía que él denomina “cacharreiro”.
Reside en Pontevedra.