Madrid, 1945
Como él mismo dice, “Daniel González Artiaga, nacido en el año en que se fundaron la ONU (1945) y la Unesco, se suicidó Hitler y terminó la 2ª Guerra Mundial”. A los pocos meses de su nacimiento, su familia se trasladó a Villalba, donde el padre ejerció largo tiempo como abogado y unos pocos años como alcalde.
“Antes de cumplir los diez años hice el curso de verano, un mes, y estuve dos años en el Seminario de Villanueva.
“Mis educadores y profesores , de feliz recuerdo, fueron don José María (Prieto Martínez), falto de pedagogía; don Darío Balea Méndez, falto de estatura, pero daba unas leches bien plantadas (a mí me tocaron varias´), y don Francisco Ron, hombre de bondad infinita. Mis correrías duraron lo que mi estancia en el Seminario. Eran de este tenor: atar los cordones de un zapato con los del otro cuando estando estábamos castigados al borde de la mesa: echarle bolas rodando a su sobrino Pirulo, colgar higos en el cable la bombilla y, al romperla, salir a comprar otra con su dinero, etc. Todo esto con la colaboración de mis compadres Novoa Santiago y Méndez Escourido, ambos de Viveiro. Una gran persona nuestro don Francisco Ron.
Perito, funcionario, empresario.-“Estudié en la Universidad Laboral de Córdoba y, posteriormente, en la Escuela Técnica de Peritos Industriales de Gijón, donde me gradué terminada con 21 años. El título fue homologado más tarde por el de Ingeniero Técnico Industrial.
“Hice Oposiciones al Cuerpo Especial de Instituciones Penitenciarias y ejercí durante tres años en distintos centros.
“Posteriormente trabajé en compañías de transporte internacional hasta crear mi empresa propia, Transportes Mundi, S. A., que gestioné durante 35 años”.
Hoy día vivo como un buen jubilado y con muchas ganas de seguir viajando por este planeta Tierra.
Falta decir que Dani luce un espléndida voz de barítono bajo, bien cultivada a lo largo de muchos años de ejercicio como corista en Madrid, actividad de la que seguirá disfrutando cuando la cese la actual pandemia.