Nuestro José Luis Caruncho, ferrolano (1942), músico madrugador, cura, profesor de todas las Letras, fue una figura de imprescindible recuerdo en la vida musical del Seminario de Mondoñedo en los pasados años 60.
La música se hace asignatura.-José Luis pone en valor del estudio de la música en sus años de Seminarista, desde Lourenzá, donde se limitaba a engrosar la agenda de actividades culturales, junto a la lectura, y no alcanzó a ser una disciplina lectiva, hasta Mondoñedo, “donde el panorama musical cambió a mejor, en el fondo y en la forma”. En efecto, en aquellos años mindonienses de Latín y Humanidades, comienzos de los 60, la música formaba parte de un objetivo curricular: participar en la formación integral del seminarista de cara a su futura misión pastoral. De este modo, la Música se configuró como una asignatura evaluable.
Música postconciliar.-Caruncho evoca el ambiente propicio que encontró la práctica musical en aquellos años en el Seminario; desde las recordadas “dianas” de música clásica que instauró don Eugenio García Amor, a las facilidades que los más avanzados hallaron para practicar libremente en los armonios de la casa. Narra Caruncho la incorporación de la música postconciliar y, en general, la música de su tiempo de todos los estilos, de los que es un testimonio significativo la aparición del grupo PTREUKAS.
Labor de los curas parroquiales.-Por ese trabajo pasan biografías de seminaristas y curas músicos, de figuras relevantes como el padre Fanego y su sobrino Manuel, el cantautor ferrolano Javier Méndez, los curas-directores que poblaron de coros parroquiales la diócesis. Muy detalladamente, el trabajo de Caruncho hace inventario de las obras más significativas que formaron el acerbo musical común en nuestros claustros, en una epata crucial -Concilio Vaticano II por medio- de la reciente historia de nuestro seminario.
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