“Acabo de mandarle para Pacurri y a su nieto una canción de cuna, una NANA… Es para piano y coro femenino (la madre) que canta a su recién nacido una nana. Tiene letra”.
Esto escribe José Manuel García Cheda, nuestro compositor de guardia, acompañando y justificando la partitura que hoy nos ofrece.
Continúa diciendo José Manuel: “¿Hay en alguna parte más belleza, bondad, sabiduría, revelación….inefable que en un recién nacido con su madre? Su madre le canta. ¿Hay alguna ópera que le supere? Pues éxtasis mudo ante eso es esta humilde canción. También podría titularse: «Una madre (cualquiera) canta una canción (cualquiera) a su hijo recién nacido”. Si pretendes analizarlo, lo matas. Para lo santo: la razón es el más funesto enemigo del pensar.
José Manuel nos inaugura el tiempo de villancicos con esta pieza que tiene un destinatario especial, pero resuena dentro de todos nosotros, eternos niños de la Navidad. En este caso, nos sorprende además José Manuel con un texto ensimismado, que nos habla de un sueño de estrellas del nieto de aquel Pacurri compañero de aula en los años de Lorenzana (1954) y Mondoñedo.
Duerme, mi niño,
corazón mío;
Papá del Cielo
vela por tí.
El canto dulce
de las estrellas
cuida tu sueño:
¡duerme mi amor!
¡Duerme, duerme
pequeñito
que tu mamá
contigo está!
¡Extasiado
te mira el Cielo
y te arrulla
con amor
la Eternidad!
Título de la obra: NANA (90ª) + c
A 2/4. 8 páginas Duración: 5`
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