Los Seminaristas de la posguerra

Por Jenaro Pérez López

Afortunadamente ya contamos CON bastantes trabajos de investigación y con narraciones de lo que fue la vida de la posguerra, tanto en Galicia como en el resto de España. Ese período está todavía en la memoria de algunas cohortes de población mayor, pero en pocos años pasará a ser materia exclusiva de la Historia. Aquellos años de la década de 1940, hasta entrados los años 50, fue un decenio de estrecheces, de carencias, de penurias, de incertidumbres; pero también de ansias y ganas de sobrevivir y, en la medida de lo posible, de olvidar aquella inmensa tragedia que había descoyuntado toda la sociedad. Los seminarios y los seminaristas también se vieron afectados, como es obvio, por aquella situación de posguerra de incontables necesidades y dificultades para superarlas. Fueron tiempos, sin duda, heroicos para miles de personas y cientos de seminaristas.

Estudio de los años 1940-1952

Por gentileza del actual Rector, la comisión del Homenaje al Seminario dispone de las listas de seminaristas de los cursos de 1940-1941 al de 1960-1961. He podido ver y analizar esas relaciones de alumnos, y reflexionando sobre sus datos, he creído de interés sintetizarlos en un pequeño cuadro estadístico para conocimiento de todos los visitantes de la WEB de Homenaje al Seminario mindoniense y a la vez, servir de modesta remembranza de los ex-seminaristas de aquellos años. He escogido los cursos de 1940 a 1952, doce años que considero que han sido la etapa heroica de la dura posguerra.

seminaristas
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¿Qué esconden estos números?

Son cifras estadísticas que, como trazos de un edificio en reconstrucción, recogen de modo aséptico el número de seminaristas en un tiempo dado. Detrás de esos números hay personas, y dentro de esas personas hubo ideales, sentimientos, esfuerzos, carencias, dudas y decisiones difíciles que les impusieron las circunstancias de la guerra y las penurias posteriores. Sin duda alguna, el escaso número de alumnos en los cursos de Teología de aquellos diez primeros años de posguerra refleja aquella situación excepcional. Viven todavía algunos de aquellos ex-seminaristas que lo atestiguan; y mi generación de adolescentes, que entramos en el Seminario en la década siguiente de los años 50, conservamos todavía en nuestra memoria algunos recuerdos de aquel escenario de posguerra.

En aquellos cursos de la posguerra estaban preparándose para el sacerdocio los que posteriormente serían nuestros superiores, formadores y profesores. En el curso 1940-1941, en segundo de Teología, estaba Don José Mª Puente Martínez; en primero de Filosofía, Don Enrique Cal Pardo; en segundo de Latín, Don Ricardo Pena Domínguez, y en primero de latín comenzaban Don Jaime Cabot Bujosa, Don José Mª Fernández y Fernández, Don Eugenio García Amor, Don Manuel López Paradela, Don José Prieto Verdes y Don Fernando Porta de la Encina. Vale la pena que nos fijemos en ese curso. Durante doce años se realizó una lenta ascensión y selección de aquellos 44 seminaristas que en 1940 estaban en primer curso de Latín y Humanidades; y después de un azaroso devenir, aquel curso de alumnos llegó a 4º de Teología en 1952, con 18 miembros en Mondoñedo y algunos más que se habían marchado para ampliar estudios en alguna Facultad de Teología. La mayoría de estos alumnos recibieron la ordenación sacerdotal en el XXXV Congreso Eucarísico de Internacional de Barcelona de 1952. En realidad aquel primer curso de Latín y Humanidades fue el que inició la recuperación del Seminario después de los avatares de la II República y del trauma de la guerra.

Una mirada retrospectiva

En el cuadro estadístico adjunto he señalado en amarillo el proceso ascendente de los alumnos de aquel primer curso de Latín y Humanidades de la posguerra. Es visible la reducción de alumnos que en ese curso se fue realizando; unos, porque dejaron el Seminario; otros, porque se quedaron en otro curso, y un número más reducido porque marcharon al exterior a realizar otros estudios. Total, que de 44 seminaristas iniciales, 29 llegaron hasta 5º de Latín, 24 siguieron hasta 3º de Filosofía y 18 alcanzaron 4º de Teología en Mondoñedo. Este proceso de selección y reducción puede servir de modelo estandarizado para todos los cursos posteriores. Esto significa que un 41% de los seminaristas iniciales llegó a ordenarse y un 59% tomó otro camino en la sociedad civil de su tiempo.

Descenso del número de alumnos

En este mismo cuadro estadístico, los números que están señalados con fondo gris son los seminaristas que, siguiendo el proceso normal, habían realizado sus estudios desde el curso académico 1928-1929 hasta el curso 1939-1940; y, en este último curso, unos terminaban 5º de Teología y otros estaban en 2º de Latín y Humanidades. Los cinco cursos de Teología correspondían a los alumnos que habían comenzado sus estudios entre los cursos 1928-1929 y 1932-1933; los tres cursos de Filosofía iniciaran sus estudios de 1933 a 1936; y los cinco cursos de Latín y Humanidades comenzaran entre 1936 y 1941. Salta a la vista que los alumnos de los cursos académicos de 1928 a 1940 llegan a la meta de la posguerra en número muy reducido. ¿Cuáles fueron las causas? ¿Habían entrado pocos alumnos al Seminario en los años de la II República y la Guerra? ¿Habían dejado el Seminario un número más alto de lo habitual debido a las difíciles circunstancias? Estas cuestiones sólo podremos dilucidarlas cuando dispongamos de las listas completas de los cursos desde 1928 hasta 1940.

Algunas observaciones finales

De este período de la posguerra, con estos datos a la vista, podemos deducir algunas observaciones curiosas:

De 1940 a 1943 hubo cinco cursos de Teología y sólo dos de Filosofía. ¿Estaba así configurado el organigrama del curriculum académico o fue sólo un tiempo de reajustes?
En 12 cursos académicos el número de alumnos del Seminario creció un 177,5%, de 120 en 1940 a 213 en 1952; y el proceso de selección progresiva siguió siendo parecido, como puede observarse año tras año.
Otro dato quizás interesante que he podido aproximar con las direcciones de los alumnos es la procedencia de todos y cada uno de ellos, con algunas lagunas en los datos. Como puede verse en la tabla estadística, en los tres primeros cursos de la década de los años de 1940 la procedencia urbana o rural estaba casi al 50%; y posteriormente fue subiendo el origen rural de los alumnos oriundos de las parroquias rurales dispersas y menguando los seminaristas de procedencia urbana, villas y ciudades. ¿A qué fue debido este cambio de tendencia? Es necesario conocer otros factores para dar respuesta satisfactoria a esta pregunta.
Este pequeño y limitado botón de muestra puede servirnos de aperitivo de lo que pueden esclarecernos otros estudios más complejos sobre el Seminario de Mondoñedo, sobre la Iglesia y la sociedad gallega que hemos heredado de aquellos años oscuros y difíciles del primer franquismo. Vayan estas líneas como homenaje a los ex-seminaristas que vivieron aquellas circunstancias.

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