Francisco Cal Pardo/ ¿Mi jubilación?

Hace poco más de  un mes cumplí 83 años. Hasta hace muy pocos años, cuando alguien me preguntaba si estaba jubilado, mi repuesta era taxativa: soy pensionista, pero no estoy jubilado.

En junio de 2008, recién cumplidos los 69 años, pensé que ya era hora de disfrutar del capital acumulado a lo largo de muchos años de altas cotizaciones a la Caja de la Seguridad Social y de mi tiempo  para hacer lo que me gustaba y resulta que lo que realmente me gustaba era lo que he venido haciendo a lo largo de casi toda mi vida: asesorar y dirigir empresas y participar en la gestión o dirigir organizaciones sin fines de lucro y, a partir de mi paso a la condición de pensionista, he seguido haciendo prácticamente lo mismo pero, prácticamente también, sin cobrar.

Pregonero de la Semana Santa de Mondoñedo.

Quitar lastre.-Seguí, pues,  formando parte de consejos de administración y de consejos asesores cuyas remuneraciones fuesen compatibles con la percepción de la pensión de la Seguridad Social. Me quedaba, pues, más tiempo libre para dedicar a organizaciones sin fines de lucro  como  la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) de cuya rama del Noroeste era entonces Presidente, el Club Financiero Génova, del cual fui muchos años Tesorero y sigo formando parte de su Junta Directiva; la Asociación de Empresarios Gallegos en Madrid (AEGAMA) de la que era Presidente y sigo siendo Presidente de Honor, de la Fundación Independiente de la que fui Tesorero hasta hace un par de años, y echando una mano al Padre Ángel cuando me pedía apoyo…

Casi al mismo tiempo  dejé de realizar las actividades internacionales que venía haciendo, ligadas al mundo de la Aviación: Agencia Europea de Seguridad Aérea (EUROCONTROL), Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).

 

Cinco visitas al quirófano.-Poco después de dejar de hacer actividades remuneradas, empecé a entrar en hospitales a los que hasta entonces sólo había ido a visitar a pacientes o recoger a mi novia, en sus últimos cursos de la carrera de Medicina y, posteriormente, a los centros donde ejercía sus actividades, cuando ya era mi mujer. He pasado cinco veces por el quirófano, por distintos motivos, salvo en la última intervención en la que casi se repitió la que había sufrido 12 años antes en la primera. Primera y última fuero las más graves porque se ha tratado de intervenciones extracorpóreas. La conclusión que podría deducirse es que para no ir al hospital lo mejor es no dejar de ir a la oficina.

 

Después de pasar por el quirófano dos veces en 2009, volví a mi actividad, como miembro de las Juntas Directivas de la Confederación de Empresarios de Madrid (CEIM)  y de la Confederación Española  de Organizaciones Empresariales CEOE) y como Presidente de la Asociación de Empresarios Gallegos en  Madrid (AEGAMA) hasta 2011

 

En 2012 me nombran Consejero de  Aeropuertos Españoles (AENA) donde permanezco hasta 2015, una vez preparada la privatización y el mismo año me llaman para que me haga cargo de nuevo de la Presidencia de la Federación de Asociaciones de Empresas de Ingeniería (TECNIBERIA). Había que organizar el Congreso de la Federación Mundial de Asociaciones de Empresas de Ingeniería  (FIDIC). Se organizaba en Barcelona la semana siguiente a la Diada del año 2013, el de la gran manifestación.  Concluido el Congreso, no quise renovar el contrato, entre otras cosas, porque unos días después tenía que volver a pasar por el quirófano.

 

Moncho Barro consideró que tenía poca ocupación y me propuso que organizáramos un homenaje al seminario de Mondoñedo, que el año anterior había cesado en sus actividades académicas. Juntó un comité organizador compuesto por seis personas: el propio Ramón Barro, Bieito Rubido, Germán Castro Tomé, Antonio López Díaz, Ramón Villares y yo mismo. A mí me corresponde la contabilización y la administración de la escuálida tesorería.

Como la ocupación no me pareció mucha, en 2014 me eligieron Presidente de la Asociación de Ingenieros Industriales de Madrid y en 2019, sin dejar de serlo, me eligieron Vice decano del Colegio. Asociación y Colegio de Ingenieros industriales son dos entidades que cubren Madrid y las dos Castillas y que se ocupan de la defensa de los intereses de los Ingenieros Industriales y de su promoción al servicio de la Sociedad.

Desde 2017 vengo desempeñando la Presidencia del Comité de Comunicación y Divulgación del IIE cuyo objetivo es poner de manifiesto la importancia y transcendencia de la ingeniería para el desarrollo y modernización de la Sociedad. También me ocupo de la Vicepresidencia del Comité de Industrialización que, desde hace varios años y con distintos Gobiernos y Congresos de los Diputados viene impulsando la firma de un Pacto por la Industria y una Estrategia de la Industria. Por otra parte, también me invitaron a integrarme en el Patronato de la Fundación para el Fomento de la Innovación Industrial, ligada a la  Escuela de Ingenieros Industriales de la Universidad Politécnica de Madrid, en la que yo hice la carrera y, durante algún tiempo fui profesor.

Después de mi última intervención quirúrgica, en el año 2021, he decidido dedicar más tiempo a mí mismo y ello me llevó a presentar la dimisión, a falta de año y medio para la conclusión del mandato, de la Presidencia de la Asociación de Ingenieros Industriales y del Vicedecanato del Colegio de Madrid. No he dejado, sin embargo, el Instituto de la Ingeniería de España, lo que me mantiene unido a la profesión.

 

Más sosiego en mi vida.-Tengo más tiempo libre, el que me dejan las caminatas matutinas (entre 5 y 6 kilómetros), la tabla de gimnasia, la lectura de los periódicos y de los correos electrónicos y a los WhatsApp y sus respectivas contestaciones. Sigo refrescando los idiomas, especialmente el inglés, pero no practico ni aprendo a tocar ningún instrumento. Empecé en Comillas con el piano, intercambiaba con un compañero  lecciones de piano por lecciones de física, pero a mí se me daba mejor la física que el piano y a él, al revés, y lo dejamos pronto. La operación de columna me impide montar a caballo, actividad que venía practicando con frecuencia hasta 2009, cuando me operé y jugar al tenis que también lo dejé.

El tiempo libre quisiera dedicarlo a publicar artículos o, tal vez un libro, sobre liderazgo, basándome en mis experiencias y contrastándolas con las nuevas tendencias. No aspiro a hacer una tesis doctoral, pero podría ser algo que se le aproximase.

Como veis, soy pensionista, pero realmente no me he jubilado, porque sigo haciendo lo que he venido haciendo toda mi vida. Por eso mi mujer suele decirme “a ver cuándo te jubilas de la jubilación”.

 

Los Molinos (Madrid), julio de 2022

 

Francisco Cal Pardo

Promoción del 1949-50

 

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